10:22 | Autor Iglesia Hogar


Jesús carga con la cruz

Te adoramos Jesus, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo
Amén

Enséñame, Señor; tu camino, para que siga tu verdad; mantén mi corazón entero en el temor de tu nombre. (Salmo 85, 11)


Te puse una corona de espinas y laceré tu cuerpo con los golpes y el azote.
Te puse la cruz sobre los hombros y la cargué con mis pecados,
con la soberbia y la avaricia, con las penas y aflicciones que nacen de mi propia maldad.
La tomaste con amor y, de nuevo, con silencio.
Enséñame, Jesús, a abrazar mi cruz, a quererla, a aceptarla y seguir caminando junto a ti, sin renuncias, sin temores.
Me pesa, Señor, abandonarla a cada instante y sentarme a la orilla del camino de la vida
y ver cómo ya vas por el sendero del Calvario, solo, cuando yo debería estar allí, para ayudarte
en el que está acongojado, abandonado, llagado por el dolor o lacerado por la necesidad.
Pero muéstrame tu rostro querido, para que no flaquee con esta cruz que me ha tocado,
que no la quería, Señor, pero si me la has dado es porque sólo así podré acurrucarme un día, a tu lado.


Oración: Señor, ¿qué tengo yo que mi amistad procuras? ¿Qué interés se te sigue,
Jesús Mío, que a mi puerta, cubierto de rocío, pasas las noches del invierno a oscuras?
Por tu dolorosa pasión, Señor, ten piedad de nosotros y del mundo entero
Ten piedad de mí.


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